20 de marzo de 2012

Buenos Aires 2012

No sé si este año es un paréntesis en mi vida, o con este año cierro el paréntesis o “qué sé sho?”, pero bueno, hacía mucho que no me pasaba por el blog (por éste) a contar un trocito de mi vida…y es que así a lo tonto y como quien no quiere la cosa (o quiere mucho) casi todo ha cambiado. Soy muy feliz en Buenos Aires. Tengo días buenos, días malos, días regulares, y todos, absolutamente todos, me despierto encantada de la vida (capaz que si estoy enferma no me levanto con muy buena cara pero…son los menos). La ciudad adquiere su propio protagonismo, comienzan a aparecer los lugares comunes que uno siempre tiene en su hogar…así que soy muy afortunada por tener un hogar aquí también, en el otro lado del mundo. Y me siento muy orgullosa de mi voluntad de crearlo, y no dejarme llevar por el espíritu “Erasmus” que contagia a todo el mundo.
En todo este tiempo he conocido a mucha gente, tanta como para darme cuenta de que en la vida no vine a hacer contactos sino amigos. Así que he conocido a muchísima gente y algún amigo. Incluso de aquellos que parece que han estado ahí siempre. También he conocido a muchísimas chicas, más incluso de las que cuento: y bajo este cielo…hay de todo.
Me hacen sonreír especialmente los que han estado ahí y que siguen estando desde hace años buscándome de la forma y a través del camino más estrambótico, qué formas más raras tiene la vida de separarnos y unirnos con hilos...inexplicables a veces.
Me doy cuenta de que no tolero la ignorancia, ni el politiqueo demagogo (no hablemos una mezcla de los dos anteriores), ni el buenrollismo porque sí, las hipocresías y, por supuesto, la mentira. Supongo que en el fondo mis intolerancias habituales pero…qué bueno respetar las tradiciones también acá.
De qué hablábamos, sí…los porteños, las porteñas, gente que con un “ya fue” te declara una forma de entender la vida y con un “y si” puedes medir si de verdad le importas.
Pero no todo es bonito ni maravilloso. A 10.000 kilómetros se suceden noticias malas. No, no es la deuda soberana, ni los rescates financieros, ni siquiera las reformas laborales, o los recortes. Me preocupan los graves problemas de salud que me encuentro cerca (todo el “cerca” que 10.000 km pueda ser). Me preocupa no estar ahí físicamente, por mucho que esté cibernéticamente, o a través de un teléfono. Madrid, mi Madrid, me duele mucho. A veces son lágrimas que aparecen en mitad de la oficina y que tengo que ocultar con un “vaya, se me ha salido la lentilla” que mi compi no se cree, otras veces lo noto porque somatizo …. . La última vez que somaticé con algo que me pasaba fue con el máster el año pasado. Y esta vez, ahora, … este mes de marzo... es muy difícil. Tomas aire para respirar y no ahogarte pero a veces...pues eso, es muy difícil.
Este año par han nacido proyectos nuevos, que iremos haciendo crecer poco a poco con la voluntad de todas las partes. No comento más y toco madera, pero va a ser muy bonito. 2012 es un año que si tuviera que definir, diría que es el año de las personas. Las que me acompañan en un bar, Stella en mano, discutiendo sobre las matemáticas de la vida o sobre Cortázar, o sobre las locuras que deben hacerse (y se hacen) por amor. O de las que encienden en mí el deseo de ser alguien mejor, como un piloto de F1 que siempre quiere mejorar el tiempo de su última vuelta. Las que me enseñan que la mejor mano es la que se da, no la que se esconde. Las que me abren las puertas de su casa sin preguntar, o me ofrecen un corazón en mitad de un supermercado chino, o un abrazo en un descanso de clase que no viene a cuento, me salvan la vida casi todos los días en una vereda o me roban una sonrisa cada día. Porque esos son los más…y es que Argentina se pasa el día robándome la sonrisa.
Cuando llega alguien y me dice “te echo de menos” siento que algo he hecho bien. Y me siento muy orgullosa de ello.
Quise vivir en Madrid, en Roma y en Buenos Aires. Ahora solo soy feliz. Tened cuidado con lo que deseáis.

29 de agosto de 2011

motivos de verano

Terminar el máster del infierno. Subir a la carroza del Orgullo. Conocer por fin al amor de la becca. Superar la fobia a los perros. Apuntarme por fin a boxeo. Marcar un gol con las Pachangas. Trabajar hasta entrada la madrugada. Que ese trabajo sea casi perfecto. Patinar a las 10 de la mañana con Sweet. Recibir noticias buenas en la estatua del Ángel Caído. Llorar mientras Sweet pinta y Rober a cientos de km. me manda su abrazo. Que los apellidos de los más grandes sigan siendo mi leitmotiv. Jugar a los dardos en un bar donde hacen versiones de Calamaro. Bajar a Benidorm a conciertos de gente que hace dos años no conocía. Disfrutar de la magnífica compañía y aprender una nueva forma de bailar (jaja). Hacer camino. Llegar a Santiago con la satisfacción de hacer las cosas (pensar está bien, actuar es mejor). Tomar los mejores desayunos del universo. Seguir viajando cientos de km y enamorarme (como siempre) del norte. Derretirme en Oporto y soñar con perderme allí. Escribir poesías como una loca. Seguir haciendo planes. Irnos a Cantabria a aprender surf desafiando la mala suerte, y ganar batallas. Terapia de risa contra los meses de sombra. Seguir trabajando muy duro. Hacer discos que no suenan (ni siquiera a triste:)). Cantar Queen en un karaoke. Bautizar a Sweety (y que me haga reir como si no hubiera un mañana). Que los borrachos siempre digan la verdad. Que la verdad mole, siempre y sin excusas. Rodearme de gente de la que habré de despedirme un día. Que me digan “Nen, te conozco como si te hubiera parido”. Despedirme de Isa en la calle y en los espejos, y saber que estará siempre. Recortar las certezas y rematar las dudas. Sabina en el coche con una canción que hace llorar. Llorar mucho.



Para lo importante no hace falta maleta. Echaré de menos vuestros abrazos … pero queda un mes mágico. Vamos a seguir sumando motivos.


17 de julio de 2011

Existe un país...

Hay ratos vacíos, algunos días, en que me siento triste. Supongo que es normal que nos pase a veces, de una forma inevitable acabo acordándome con nostalgia de algunos momentos pasados, especialmente aquellos momentos maravillosos que no vuelven.


Me digo que lo mejor está ahora, y está en el “por venir” (cuando, además, es rigurosamente cierto), pero a la vez me vienen en forma de “cristalitos” (con “cristalitos” me refiero siempre a la formación de agujetas, un esfuerzo pasado hace que se formen pequeños cristales en los músculos que nos causan dolor) escenas pasadas.


El jueves pasado hablando con Sweet tras patinar me dijo que entendía cuando Espinosa hablaba de que había que aprender a dejar marchar a los amarillos. Me callé (porque supe que ese pensamiento le calmaba) y no le dije que a mí pensar eso me torturaba y que había decidido llevar la contraria a esa lección, e intentar lo contrario por todos los medios, posibles e imposibles, hasta el agotamiento (es decir, mucho) (obviamente, con sentido y cabeza no a cualquiera, ni a quien no te quiere).


Otros días que estoy triste me pongo a escribir poemas maravillosos que condensan “con buena letra” esa nostalgia. Tengo alguno en mente pero cuando cojo un boli las palabras se me escapan.


Y luego, además, hay un blog que leo de vez en cuando y que me calma. La autora es Nadadora y su blog se llama El País de los Personajes Secundarios. Es una chica de las que yo me enamoraría al conocer, no hay más que leer su blog para darse cuenta. Falleció hace casi 4 años, y desde entonces decenas de personas anónimas la escriben comentarios para decirle que la seguían, y algunas personas de su entorno la ponen al día con las novedades del día a día. De una forma u otra, todos le dicen “te quiero”. Sólo que ella no está. O quizá sí. Aunque en lugar de contarnos su vida, su blog funcione para aglutinar la nostalgia de los que la queríamos.


Y cuando das a cerrar a la ventana, te sientes mucho más tranquila, mucho más en calma. Sonríes con tristeza, y te preparas para todas las siguientes batallas que te dejarán los músculos llenos de cristalitos. Y deseas cruzar el océano y buscarla en ese país (sabes que existe, lo leíste en un blog).

11 de junio de 2011

19 de junio (I)

Se acaba una fase. El 23 de mayo de 2009 se jugó el primer partido de Pachangas. Fueron 4 ó 5 y jugaron un partido de fútbol sala bajo la lluvia. Aquel verano pasaron también campos raros, una rotura fibrilar, ganas de dejarlo (por las miradas y los comentarios de la gente), ganas de seguir (porque realmente me gustaba), una rubia que aparece un día con una foto de carnet rarísima (y luego desaparece corriendo por las calles de mi barrio). Como también pasó el verano tomando cañas y haciéndonos grandes, decidimos crecer. Y nos fuimos a la hierba.

Quisimos seguir creciendo y tres chicos vinieron a entrenarnos. Llegar al trabajo al día siguiente y no poder ni moverte porque te dolían las piernas, los muslos… . Pero empiezas a esperar que lleguen los miércoles, y te empiezas a interesar por cosas que no sabías ni que existían, como las posiciones. Alucinas por la importancia vital de tener una estrategia. Te identificas con un grupo y odias a Maslow.

Siguen pasando las semanas, a veces altibajos pero …. otros entrenamientos te llevan a casa en volandas: frío, granizo, nieve…. y muchas risas. Empiezan los rumores, las presentaciones, las sierras eléctricas, las obras de teatro, las congas que nunca son tan largas como nuestras sonrisas …. .

A veces llegan viajes, pizarras, conversaciones para intentar atar lazos que nunca se enlazan de nuevo…a pesar del gran esfuerzo que conlleva (y todo lo que pierdo por querer intentarlo). Una noche mágica con la rubia. Nos íbamos a beber el mundo sentadas en una acera mientras apurábamos la ginebra con limón, el tabaco y las horas.

Pero también llegó el esfuerzo por mantenernos en verano, por encontrar soluciones para problemas organizativos, porque la gente se ilusionara, o siguiera teniendo ganas de mantener esa ilusión, porque no se rindieran y disfrutaran sin más. El esfuerzo que fue dolor de cabeza. Llegó el otoño y mi muñequera del Barça que parece que ha pasado media vida (y ha pasado… ¿habrá aguantado aquella sonrisa catalana este invierno?).

Llegó la segunda temporada y con ella los partidos llenos de derrotas y de sabores agridulces. Llegaron las Neskas a la vez que el vídeo, cuando a mí me despertaban los rezos en Turquía, mientras trataba de olvidar y seguir. De olvidar y seguir. De saltar aunque por la noche en el baño turco me acompañaran los fantasmas, los retratos del pasado, la misma luna, las ganas de crecer y una canción de Ismael Serrano que habla de la ciudad definitiva.

Llegaron otra vez las lesiones que hacen llorar. Pero también llegaron el invierno y las ganas de ganar. En la vida y en todo lo demás. Y empezamos a aplazar los sueños por un sueño que suena muy bien…y que se va alejando más rápidamente que pasan los segundos hasta el 19. Tan rápido que por mucho que quiera frenar y saborear el último partido, la gravedad me empuja cada vez más allá.

Las cosas no tienen sentido por una persona o no. Las cosas tienen sentido porque le damos sentido, porque nuestro esfuerzo es revivirlas, porque creemos en ellas tanto que terminan por crearse. Porque lo único imprescindible es conquistar la ilusión. Porque todo lo que esté fuera de la ilusión sólo lleva al fracaso.

6 de mayo de 2011

apodérate de tu vida

Acabo de pasar una de las semanas más terroríficas en mucho tiempo. Mucho. Momentos en los que la gente comienza a ocultar información, trata de manipularte, de poner en tu boca cosas que tú no has dicho, o intentar convencerte de su verdad (dando por hecho que tú eres idiota, o algo).




Antes de entrar en este máster tenía una cosa muy clara: no iba a hacer amigos. Hace más de 5 años entré en un grupo similar en la Universidad, un grupo que se movía con los mismos parámetros (eres tan bueno como te permitan los demás...por lo que si los puedes aniquilar o humillar, tanto mejor te irá...el lobo es un lobo para el hombre). En 2005 tenía 21 años y la broma me costó una depresión, y llevarme un varapalo con gente que creía que eran amigos.




Tras la experiencia tenía muy claro que no iba a volver a pasar. Quien quiera estar conmigo será por su nobleza (también me he dado cuenta últimamente que es el único filtro personal que me interesa), y se verá después. Y quien no lo sea, puerta.




Hoy en clase de "habilidades directivas" un profesor nos hizo la broma de "sois competitivos". Un chico de clase (buena gente, coherente y culé:) respondió "they forced us to be competitive".


He conseguido hacer mi camino sin pisar esta mierda. Confiando en mi trabajo y abstrayéndome de todo lo demás. Los demás me harán mejor o peor en su ranking relativo. La perseverancia me ha hecho muy grande. En absoluto, que es lo que importa.




Acabamos de pasar otra etapa difícil. Nos queda el último arreón. Tengo muchas ganas de que acabe, de que salga bien todo. He aprendido muchas cosas, la mayoría extra académicas. Me gusta mucho todo lo que me he ido demostrando, aunque (obviamente) me fije en los pequeños detalles (como buena Virgo) y quiera siempre más (o igual, pero mejor). También tengo ganas de emprender, de transmitir, de comunicar, de compartir. De viajes (y no sólo físicos), de deporte, de aprovechar todo lo que viene, y de ir a buscar el resto.




Ayer una compañera me decía "quiero que me devuelvan mi vida". No. Sal a buscarla y apodérate de ella. Vuelve a ser tú...o sé lo que quieras, pero siempre tomando las riendas.

1 de mayo de 2011

Y si te digo que

quizá nada de esto vaya a cambiar. Que vamos a dejarnos la vida y los codos por un sueño incierto. Que qué bonito es el camino, aunque a veces cueste. Que la vida es una aventura y me siento como Indiana Jones a punto de empezarla. Que estoy llenando de poemas las ausencias. Que a veces lloro o pataleo o me cuesta verme sonreír. Que estamos de pasada, y todo pasa. Que sigo firme en mis principios y en mis sueños. Que lo que duele hoy, servirá mañana. Que quiero que estés cerca, pero te alejas. Que vamos cumpliendo sueños antes que años. Que en mayo me tiraré en paracaídas con una desconocida. Que vamos creciendo mientras reímos, lloramos, amamos, vemos pasar los días y los amigos, y a veces tragamos saliva y seguimos luchando y seguimos riendo y viéndonos nunca mientras vamos ganándole batallas a la soledad. Que esta vida es un viaje a uno mismo y a todas partes. Que a veces se nos pierden las maletas y nos toca ir con lo puesto. Que mientras tanto nos dejamos los codos y los segundos, pasando apuntes tan rápidamente como pasan las semanas y la primavera. Que perdemos la paciencia y a veces los kilos. Que cada día nace una nueva persona, y cada noche fallece lo que quedó de ella. Que todos habremos ganado algo en el camino y, aunque no cambie nada, todo habrá cambiado.

21 de abril de 2011

Contra la inflación de los sueños

Hace unas semanas escuché a alguien decir que lo más importante era siempre acordarse de dónde viene uno. Por eso, cuando en los últimos días me he venido un poco abajo por la presión del máster que se acentúa a cada día que pasa, he intentado hacer balance para dar a las cosas its fair price. Que no es poco.


Volver atrás, todo lo atrás que sea necesario, y evaluar los sacrificios y las renuncias que han tenido que hacer otros, y que he tenido que hacer yo misma para llegar a donde estoy, o a la expectativa de la cosa, que es de lo que se trata.


Lo que ocurre es que en ocasiones nos nubla la vista el creer que siempre fue así, y nos autoexigimos más de lo que en realidad podemos dar de sí.


Tampoco hay que caer en la autocomplacencia, sino seguir trabajando y luchando por los objetivos que uno cree, pero sin perder la perspectiva y valorando al coste histórico de los mismos. Y es que los sueños valen mucho, tanto que no merece la pena enfadarse o estar "tristón", es una pérdida de tiempo comparado con el poder disfrutar de ese camino.


No voy a ponerme a enumerar estos costes, no tiene sentido alguno en este foro. Pero aconsejo a todo el mundo que se tatúe sus costes, sus sacrificios, sus renuncias.... Asumir ese balance lleva a querer estar siempre a la altura de esos sueños. Y ésa es la única exigencia posible.

13 de abril de 2011

dentro de una película

Llevamos casi dos meses preparando el proyecto de fin de máster. Un proyecto sobre el cual hemos de realizar entregas cada dos o tres semanas al tutor. El caso es que el último mes y medio nuestro tutor ha "tirado" el trabajo que llevábamos hecho, el cual representa muchas horas personales de fines de semana enteros buscando información, seleccionando, analizando, escribiendo. Y cuando digo muchas, son realmente muchas (decenas).

A nadie le gusta que le digan que su trabajo no es correcto. por eso, el sentimiento general es de malestar, sobre todo cuando en otros aspectos las cosas están yendo realmente bien. El grupo funciona muy bien, con 5 personas liderando de forma distinta. organizándonos sin imponer, con una mezcla del talento de cada uno y la voluntad en cada cosa. Hasta ahora, casi sin quererlo, es un plan perfecto.

Pero el proyecto se nos ha atragantado.

¿Os acordáis de esta escena de "El Club de los Poetas Muertos"?

Al salir de la tutoría ha ocurrido. Rober y yo solemos coger el mismo autobús y en el trayecto comentamos algunas cosas de los casos que tenemos pendientes, o cotilleamos un poco. El día de hoy, obviamente, con pocos ánimos.

Pero cuando nos hemos dado cuenta nos habíamos subido los dos a la marquesina. Sí, dos jóvenes trajeados encima de una marquesina hablando y riendo porque "Rober, me apetece verlo todo desde otra perspectiva". Todos los vigilantes de las empresas, los ciclistas, conductores y viandantes han alucinado durante todo el tiempo que hemos permanecido así. Nos miraban y se reían.

Al final no he conseguido verlo todo desde otra perspectiva, sino que he decidido reírme de la situación y seguir trabajando, porque en la vida hay dos lemas muy claros: 1. quien resiste, gana y 2. donde no llega la inteligencia, llega el trabajo.

Creo que me he encontrado una persona especial. Lo supe cuando me confió la historia de cómo conoció a Yoani Sánchez. Ojalá un día nos contemos nuestros secretos.

17 de marzo de 2011

Como te vas…

En las últimas semanas (un mes aprox.) estoy notando que el trato de algunas personas varía en relación conmigo. Puede haber casos puntuales de estrés laboral, etc. pero en general es la impresión que me da. Al mismo tiempo, percibo una especie de ola de pensamiento en torno a la frase "como te vas...". Por ello, me apetece puntualizar lo siguiente: que yo sepa todavía no me voy a ningún sitio. Puede darse, incluso, que no me largue. En el caso de que finalmente me vaya faltan muchas, muchas semanas para que eso ocurra. Que salgo del máster y no quiero que la gente me diga "como te vas...", quiero desconectar, quiero vida fuera de esas horas. Que sigo formando parte de la vida de la gente, de tu vida, no quiero que "como te vas" influya en nada, que la gente siga comunicando, que me sigas comunicando: hablándome normal, tratándome normal, quedando normal. Que lo normal es la vida, y dentro de muchos meses veremos qué pasa. Salvando las distancias, no me traten como un enfermo terminal... que no me voy. Que, aunque me vaya, ¡no me voy!.


Dicho lo cual, tened todos un buen día.


Nota: esto es un pensamiento generalizado.

7 de marzo de 2011

Razones para disfrazarse

Hace alrededor de 3 años, mi amiga Chabe me regaló una chistera….la chistera del italiano Rino Gaetano. La utilicé ese mismo día después de una obra de teatro en el centro, y mientras bebíamos cerveza con una escritora famosa hablando de la Regenta, y yo contaba las horas para coger un vuelo a Roma.

También la utilicé en una fiesta ¿invierno? el año pasado, a la que también llevé un chaleco con unas medallas militares italianas (originales) que compré en noviembre de 2010 en Palermo. Era 100% Rino.

Quise disfrazarme en Halloween de 2010 con ello, pero esa semana mi madre empezó a tener problemas de corazón. Desde ese día comenzó una fase de mi vida que puedo definir como “hostiazo de larga duración” (aunque sólo ahora le ponga nombre).

Por eso, este año cobraba para mí grandísima importancia de verdad disfrazarme de Rino. Y lo conseguí.

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