Anoche me puse a leer el libro "Globalización y nueva economía", que me viene de perlas para el examen del día 26 (comienzo el 24 pero de la semana que viene el que temo es el del 26). El caso es que me resultaba tan aburrido que puse "a vagar" la mente por los recuerdos. Me acordé de mi abuelo.
Mi abuelo era un señor muy autoritario, se llamaba Eusebio y era guardia civil. Se murió cuando yo tenía 6 años.
Recuerdo algunas cosas de él. Ayer todas esas cosas volvieron a mi cabeza.
Me acuerdo de los sillones antiguos (2) en los que siempre se sentaban él y mi abuela, el mismo sillón donde se lo encontraría muerto una noche mientras le hacía la cena. Me acuerdo que tenía un artilugio de madera, con forma de brazo, que se utilizaba para arrascarse la espalda. Me veo a mí arrascándole la espalda a mi abuelo.
Me acuerdo de la foto que nos hicimos todos en el patio de la casa. Mi abuelo era la única persona sentada en una silla de estas de tela, veraniegas, y yo estaba a su lado, con un horrible vestido verde y blanco, y un balón del pato Donald sobre mi cabeza.
Creo que por aquel entonces ya estaba enfermo. De la enfermedad sólo recuerdo dos cosas: el día que trajeron la silla de ruedas porque ya no podía andar. Cómo tuvieron que levantarlo porque no se valía por sí mismo. El otro recuerdo es cómo cambiaron la disposición de las habitaciones. Mis abuelos pasaron a dormir en camas separadas: la de la derecha, con miles de cables y cosas de un lado para otro, era la suya. Recuerdo un día que fuimos a darle un beso. Él estaba sentado en la cama, con un pijama azul que cada día le quedaba más grande.
Cuando murió tenía 60 años y mi abuela 56. Le enterraron al fondo del cementerio, en una esquina, junto a su padre. El primer día que fui a visitarlo, mi hermana y yo nos pusimos a jugar sobre la tumba, a saltar, a cambiar las flores de sitio.... yo siempre pensé que, como estaba enterrado con su padre, estaban los dos codo con codo y, en mi imaginación, ambos vestían trajes marrones con chaleco y zapatos negros. Recuerdo haberme dado la vuelta y descubrir con asombro que todos los mayores lloraban.
Cuando se murió mi otro abuelo ya había doblado la edad. Ese año la lotería para nosotros vino con forma de muerte. Esta vez, como la otra, esperada.
Todo lo que hice y que me salió bien ese año que estaba a punto de comenzar, dentro de mí se lo dedicaba a los dos. No soy muy dada a llorar, ése fue mi particular homenaje.
A veces pienso que se me fueron los dos demasiado pronto, demasiado pronto como para haber aprendido de ellos. Pero entonces me baña la certeza de que, de una manera extraña, han estado los dos cerca de mí.
se ne vanno tante piccole storie
ma poi chissà perché rimangono in me
soltanto i brividi di lucide memorie
chissà perché...chissà perché...
2 comentarios:
Me parece una idea preciosa, escribir los recuerdos que guardas dentro sobre tu abuelo. Un homenaje muy bonito. Y sí, creo que todos aprendemos algo de ellos, aunque sea muy poquito. Y si estamos aqui ahora es gracias a ellos. Me gusta pensar, que aunque ahora no estén, siempre quedará algún rasgo de su carácter o su físico en nosotros...
Mil besos!!!
Por cierto, la canción de ayer me la bloqueó el Windows y me la borró. Grrrrr. Pero creo que tengo un truco para que me la puedas mandar.
jo... mira a ver, yo creo q tu windows no sabe de música, juasjuasjuas. es coña.
a mi me pasa tb a veces, me las tienen q enviar comprimidas para q no me ocurra. te intento enviar por email o sino cnd nos veamos d nuevo por el msn. un besazo
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