Desde el momento en que he entrado en la peluquería he decidido que no me iba a hacer las mechas. No sé si ha sido la cara de la que me ha atendido o qué. Así que las "mechas rojas sin cortar apenas" se han convertido en "córtame el pelo a saco y quita volumen".
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La mujer encargada de mi lava-corta-peina ha ido diciendo en voz alta todo lo que yo iba pensando, por lo que ha sido más fácil. El resto de las veces te miran con una cara mezcla de "voy a tener que utilizar mis armas de peluquería para arreglar tu cabeza" y "lo que hay que aguantar", y si no quieres champú para pelo asqueroso te miran con la expresión del "tú sabrás lo que haces".
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Hoy, por primera vez en 22 años:
- mi pelo no se cae.
- mi pelo no es graso.
- mi pelo está bien cuidado.
- no me han mirado como si me fueran a salvar la vida a golpe de tijera.
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Y no sólo eso.
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Hoy esta mujer me ha dicho "tienes el pelo muy sano".
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La señora antimarketing sabe un montón de la gente por lo que busca cuando está en la peluquería. Lo primero que me ha preguntado era que qué carrera estudiaba. Dice que las personas inteligentes nunca buscan grandes cosas en su cabeza (por fuera), y que se atienen de buen gusto a todas las recomendaciones de las profesionales, porque "les preocupan otras cosas".
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Cuando se lo he dicho me ha pedido alguna información, porque su hija parece estar encaminada también hacia la Economía.
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Y al acabar comenta "da gusto peinar a personas inteligentes, que no se dejan llevar por los estereotipos. A veces vienen chicas que quieren hacerse mil cosas y luego están vacías. Cuando peinas a una chica inteligente te dan ganas de hacerle un peinado de 50 euros, pero cuando tienes enfrente una cabeza que vale 50 céntimos...".
1 comentario:
Qué peluquera más genial, lo malo es que estará frustrada, porque lo que abundan en las peluquerías son las cabezas de 50 céntimos. A las que les encanta contar su vida a quien les peina (así se ahorran psicólogo) y leer el Qué me dices... horror!!!!
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