11 de septiembre de 2006

Perro

Un día, por la noche, decidió que era mejor ser un perro.
- ¿Por qué?, le preguntó ella al otro lado de cristal.
- Para hacer juego con la vida.
Entonces comenzó a ladrar, y estuvo ensayando toda la noche. Por la mañana cuando se levantó se dio cuenta de que iba a poder ser el perro cabrón que siempre quiso ser. Pero no pudo ir a celebrarlo como le hubiera gustado, ya que tenía que pararse a mear en todas las esquinas y una correa se anudaba en su cuello.

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