19 de octubre de 2006

Dìas que merecen la pena

Ayer fue un dia que merecio la pena, pero eso no lo supe hasta el final.
No lo sabia, por ejemplo, cuando una profesora, para aumentar el numero de creditos de su asignatura, me pidio que hiciera un trabajo sobre Madrid.
Tampoco lo sabia cuando en casa sono una cancion de E.R. que ya es mayor de edad. Ni me hice a la idea despues de mi primera y agotadora sesion de aerobic-boxing, ni bebiendo vodka en una casa con casi-vistas al colosseo.
Despues, en la fiesta (re)conoci a gente interesante y me sente en una silla de Van Gogh que alguien robo de Piazza Navona esperando que J. me dijera algo. No lo hizo. Pero luego "conoci" (ya lo conocia, o creia hacerlo) a A, con el que hice una apuesta de indole religioso-sexual (no puedo hablar mas que hay nignos), y con el que hable de Byron, de Hesse y de Davor Suker (si, què pasa?) mientras deambulabamos por las calles romanas.....
porque Roma (y asi lo hare en lo sucesivo y con quien se pase por aqui) se visita de noche y a pie.
Asi, Piazza Navona es tuya. Luego sigues por el Pantheon, y de paso te haces una foto en la Fontana di Trevi vacia. Cuando quieres terminar vuelves a Piazza di Spagna, por mucho que Sabina diga que "al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver". Roma esta vacia y se ven las estrellas por la noche. Solo para nuestros ojos.
Para rematar la noche Piazza Venezia y el Colosseo, y un cornetto de chocolate en medio del frio.
Cuando volviamos a casa los periodicos del dia siguiente comenzaban a poblar las calles.
Lo dicho. Hay dias que te reconcilian con el mundo.

1 comentario:

Mariposa Azul dijo...

Sigue disfrutando my girl!!!!!! que Roma es magia
besos