Estoy a punto de cumplir tres meses en esta ciudad. Recuerdo el dia antes de irme: hice algunas compras, fui a tomar algo en el centro, me despedi en silencio de ella, de la Gran Via (lo "mas mejor", siempre tener ganas de recorrerla a solas), hice la maleta, me senti extragna.
Luego llego Roma: distinta (cada dia una diferente) y visceral. Y llegaron personas nuevas: un abanico de caracteres. Sorpresas, algunas alegrias, muchas mas fiestas, a veces el cansancio o el agotamiento o las decepciones (pero siempre algo distinto, Roma no se repite). A ratos tambien llega la literatura, y las sonrisas de extragnos en las calles (siempre hay la posibilidad de un "dia Feltrinelli").
Las ganas de hacer fotos a todo, tambien a la vieja con carrito que duerme todos los dias al lado de la estacion de Termini. No hacerlas por el extravagante deseo de recordar tan solo con la memoria. Perderme buscando Piazza della Pietra, obcecandome en no preguntar ni en llevar mapas. Que llueva (como en el campo) tanto que me de igual ir pisando charcos mientras busco la parada del 90 (casi nadie tiene el recuerdo de un dia de diluvio frente al Colosseo). Y en ese mismo sitio robar flores las noches de los martes despues del ya mitico Cuccagna. Hablar con la fuente de Piazza Navona.
Encontrar un libro de Alberti que habla de Roma. Volverme a perder en las palabras. Necesitar a J. Hierro o que hablen de Garcia Lorca en una clase de macroeconomia.
Encontrar a una chica interesante con nombre de mes. Que desaparezca con mi botella de whiskey.
Que aparezca A. y que me resulte interesante. Que cada semana nos veamos mas, hasta el punto de buscarnos con la mirada en la mensa o sentarnos juntos en una clase de 550 personas. Que me haga resumenes en 3 minutos de una asignatura, hablar de "babyFranco del museo Vaticano" o que quiera pasar la nochevieja conmigo. Que todo A se diluya despues de un helado de yogurt y chocolate en Porta Pia. Querer quedarme en esa heladeria para siempre, mientras me mira a los ojos y habla de sus cosas (siempre tan flipado) y el tendero llora.
Que el amor y el sexo seguro solo aparezcan en las canciones.
Aprender de mi. Cometer errores. Descubrir que a veces hablo cual economista (no es grave, estudio para ello) y, lo que es peor, que tambien hablo a veces como una persona adulta.
Descubrir que a todo el mundo se le va la olla. Que me mientan (mucho). Que me denieguen trabajos o alojamiento por ser extranjera. Que me griten en la puerta de mi casa que me vaya a mi pais.
Pensar. Perderme en San Lorenzo o cenar en casa de Magda. Hacer botellon sentadas frente al Colosseo. Tener la ciudad vacia. Acabarnos las botellas y recibir abrazos. Que me digan "sono felice" y responder lo mismo.
Reaccionar. Buscar mi espacio propio. Volver a perderme como me gusta, y estar conmigo un rato. Reencontrarme husmeando en la Feria del Disco en un colegio semiabandonado de Cinecitta.
Escuchar siempre la misma cancion al violin callejeando por el centro. Que sea la cancion que hace agnos bautice como "la cancion del metro de Madrid".
Que las cosas cambien y no viva ya mas en la ultima parada.
Comprar EPS los domingos y leerlo como al principio (aunque, como siempre, empezando por el final).
Habitar una cama con suegnos tambien aqui.
Luego llego Roma: distinta (cada dia una diferente) y visceral. Y llegaron personas nuevas: un abanico de caracteres. Sorpresas, algunas alegrias, muchas mas fiestas, a veces el cansancio o el agotamiento o las decepciones (pero siempre algo distinto, Roma no se repite). A ratos tambien llega la literatura, y las sonrisas de extragnos en las calles (siempre hay la posibilidad de un "dia Feltrinelli").
Las ganas de hacer fotos a todo, tambien a la vieja con carrito que duerme todos los dias al lado de la estacion de Termini. No hacerlas por el extravagante deseo de recordar tan solo con la memoria. Perderme buscando Piazza della Pietra, obcecandome en no preguntar ni en llevar mapas. Que llueva (como en el campo) tanto que me de igual ir pisando charcos mientras busco la parada del 90 (casi nadie tiene el recuerdo de un dia de diluvio frente al Colosseo). Y en ese mismo sitio robar flores las noches de los martes despues del ya mitico Cuccagna. Hablar con la fuente de Piazza Navona.
Encontrar un libro de Alberti que habla de Roma. Volverme a perder en las palabras. Necesitar a J. Hierro o que hablen de Garcia Lorca en una clase de macroeconomia.
Encontrar a una chica interesante con nombre de mes. Que desaparezca con mi botella de whiskey.
Que aparezca A. y que me resulte interesante. Que cada semana nos veamos mas, hasta el punto de buscarnos con la mirada en la mensa o sentarnos juntos en una clase de 550 personas. Que me haga resumenes en 3 minutos de una asignatura, hablar de "babyFranco del museo Vaticano" o que quiera pasar la nochevieja conmigo. Que todo A se diluya despues de un helado de yogurt y chocolate en Porta Pia. Querer quedarme en esa heladeria para siempre, mientras me mira a los ojos y habla de sus cosas (siempre tan flipado) y el tendero llora.
Que el amor y el sexo seguro solo aparezcan en las canciones.
Aprender de mi. Cometer errores. Descubrir que a veces hablo cual economista (no es grave, estudio para ello) y, lo que es peor, que tambien hablo a veces como una persona adulta.
Descubrir que a todo el mundo se le va la olla. Que me mientan (mucho). Que me denieguen trabajos o alojamiento por ser extranjera. Que me griten en la puerta de mi casa que me vaya a mi pais.
Pensar. Perderme en San Lorenzo o cenar en casa de Magda. Hacer botellon sentadas frente al Colosseo. Tener la ciudad vacia. Acabarnos las botellas y recibir abrazos. Que me digan "sono felice" y responder lo mismo.
Reaccionar. Buscar mi espacio propio. Volver a perderme como me gusta, y estar conmigo un rato. Reencontrarme husmeando en la Feria del Disco en un colegio semiabandonado de Cinecitta.
Escuchar siempre la misma cancion al violin callejeando por el centro. Que sea la cancion que hace agnos bautice como "la cancion del metro de Madrid".
Que las cosas cambien y no viva ya mas en la ultima parada.
Comprar EPS los domingos y leerlo como al principio (aunque, como siempre, empezando por el final).
Habitar una cama con suegnos tambien aqui.
1 comentario:
Qué bonito peque, me ha gustado mucho este resumen general de sensaciones y vivencias de los últimos tres meses. Otra cosa no sé, pero intenso ha sido un rato y con eso basta, no puedes esperar nada más, cuando regreses y puedas ver toda esta aborágine con distancia y perspectiva, entonces podrás sacar más conclusiones, ahora sólo es momento de vivir deprisa y disfrutar cuanto puedas y lo estás haciendo muy bien. Tienes un sobresaliente en el primer trimestre ¡sigue así!
Publicar un comentario