7 de enero de 2007

becca number one

A veces me pregunta la gente qué significa la palabra “becca”. Un diccionario te cuenta que “becco” significa pico (de los pájaros). Dicen por ahí que en la zona de la Liguria “becco” tiene otras acepciones como “cornudo” u “homosexual”.

Pero mi becca es otra cosa.

Mi becca es una persona que un día, sin que te des cuenta, está en tu vida y es imprescindible, y te preguntas a quién le contabas tú antes tus ralladuras, antes de conocerla.

Mi becca es alguien que te da una mano sin que se lo pidas, que te da tiempos y espacios para que hables (o no).

Mi becca es de cuarta dimensión.

Mi becca es alguien capaz de responder con lucidez a todas mis dudas, preguntas, miedos. Y que siempre tiene una respuesta que ayuda.

Mi becca no tiene conocimiento. Y eso la hace única.

Mi becca es una tipa que desafina si canta borracha “al vent”.

Mi becca es alguien con quien compartir conciertos soñados en lugares inimaginables, alguien con quien perderse en las calles de la loca Roma con dos euros en el bolsillo y las ganas inmensas de abarcarlo todo con ojos de 21 años.

Mi becca es una persona que se cae y que se levanta, una persona que se conoce.

Mi becca es una persona que me conoce. Y esto no puedo decirlo de nadie más, porque ha caminado sobre mis zapatos.

Mi becca es alguien que se toma con humor todos mis vaciles. Alguien a quien es bastante fácil hacer reir.

Mi becca es la persona que me hace entender que distancia es sólo una palabra. Mi becca va conmigo –en distinta comunidad autónoma o país - desde hace años.

Mi becca es una persona que escribe.

Mi becca es del Barça. A veces la miras y ya sabes lo que le duele.

Mi becca es aristócrata, del Reino de Redonda (aunque Javier Marías no lo sepa), y se emociona con cosas tales como un cuadro negro de Goya (dónde se ha visto eso) o un poema de Salinas. Mi becca a veces llora. Y le gusta gente tan friki como T.S. Elliot, Virginia Wolf o Samuel Beckett (y se pone a bajarse del emule cosas de Auden, hay que ser …. Hay que ser becca).

Mi becca no es de este planeta. Es uno de esos regalos que a veces te da la vida (aunque haya que esperar).

Porque por ejemplo es capaz de recorrerse media piel de toro en un coche que se quemó sólo para que yo pueda ir a un concierto en Benidorm.

Si fuera Camilo Sesto diría que mi becca mola mazo. Ella es una persona grande.
Yo no se lo digo mucho, pero desde hace tiempo (no desde Firenze, o sobre Firenze) quería escribir un post sobre ella. Un post en el que le diera las gracias por ser como es, porque me diera el privilegio de conocerla y de ser su amiga. Un post en el que le contara que me encanta verla tan feliz como es ahora, que se lo merece más que nadie en el mundo. Y también quería decirle que si comete la fantástica imprudencia de casarse ahí estaré la primera andando sobre unos tacones. Y prometo no montar un espectáculo bochornoso tipo Nochevieja.

Y que si me lo pide, podría incluso ir con el “viborilla Mayor” (pero visto que es demasiado esfuerzo, becca…. cásate sólo una vez, vale? (en Paris con aguacero? jejejeje).

2 comentarios:

Sílvia Herraiz Martínez dijo...

Por mucho que lo dudes tú me has dado mucho más de lo que yo haya podido darte a ti. Para mí eres quien me acompaña siempre, cuando pasa algo... ya sabes...
"ay que contárselo a la becca".

La felicidad va y viene, yo sólo quiero que las personas como tú se queden siempre, pase lo que pase.

Te quiero muchísimo, becca.... (tú eres más becca...)

Un besazo

Sílvia Herraiz Martínez dijo...

"hay"

jejejejeje

(son las doce de la noche, me he levantado a las cinco: esta mañana estaba en París, casi perdemos el vuelo a València, no he podido ni pasar por casa porque me he ido directa a trabajar... definitivamente, es hora de que me vaya a la cama).

:-)