El dolor y la alegria

Entonces una mujer le dijo: háblanos de la alegría y del dolor.

Y él respondió:

Vuestra alegría es vuestro dolor sin máscara.

Y el mismo pozo que da lugar a vuestra risa, fue más veces colmado por vuestras lágrimas.

¿Cómo podría ser de otro modo?

Cuanto más excave en vosotros el dolor, más alegría podréis contener.

La copa en la que vertéis el vino, ¿no es la misma copa cocida en el horno del cristalero?

Y el laúd que dulcifica vuestro espíritu, ¿no es el mismo leño cortado por el cuchillo?

Cuando sois felices, si escrutáis en vuestro corazón, encontraréis que es aquello que os ha hecho sufrir lo que os da ahora la alegría.

Y cuando estáis afligidos, mirad otra vez en el corazón, y descubriréis que estáis llorando sólo por aquello que os hizo felices.

Algunos de vosotros decís “la alegría es más grande que el dolor”, y otros dicen “no, el dolor es más grande”.

Pero yo os digo que son inseparables.

Llegan juntos, y cuando uno se sienta en la mesa con vosotros, recordad que el otro duerme en vuestra cama.

En realidad osciláis entre el dolor y la alegría como los platos de una balanza.

Sólo si están vacíos, estaréis quietos y en equilibrio.

Y cuando el tesorero los alce para pesar su oro y su plata, entonces la alegría o el dolor deberán por fuerza levantarse o caer.

(fragmento de El Profeta de Kahlil Gibran, libre traducción de la versión italiana)