Empezamos la noche con un concierto de César Rodríguez. Lo que son las cosas: hace algo más de un año recomendé a Anita en un blog ajeno y conocido que escuchase al cantautor; y ayer fuimos juntas a verlo. Fantástico en Galileo.
Sospecho que I. Serrano no estará en las fiestas del PCE.
De ahí fuimos andando hasta Chueca, a tomarnos algo en el Nike. Y de allí al Medea.... la noche-Medea más surrealista. Hablando de teorías raras nuestras en mitad de la pista.
Salimos y nos encontramos con J. Cortázar en la puerta, que quería entrar. Entramos con él. Una vez dentro le dejamos allí (se hacía llamar Carlos, pronunciando bien la r, para que nadie lo reconociera) y nos fuimos.
Callejeando por Lavapiés nos volvimos a encontrar con Julio y su amigo.
- ¡Hasta luego, Cortázar! le dije.
- ¡Hasta luego, ¿qué?!.
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Esta mañana llaman al teléfono:
- ¿Sí?.
- Hola, ¿está Inés?.
- Sí, soy yo.
- ¿Inés? (voz de hombre dubitativa).
- Sí (ya con la mosca detrás de la oreja).
- Pues es que soy su hijo.
- Egggto.... pueggg.... creo que te has equivocado, majo.
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