Y hablando de Marías, me enteré que tras escribir lo último de la trilogía que lo ha tenido ocupadito los últimos 7 años (y que saldrá publicado el 24 de septiembre) desapareció de la urbe madrileña tomando unas semanas de descanso ("y al séptimo año descansó". Como dios pero con más trabajo). Y pasó por Soria (supongo que, listo él, no para quedarse), incluso le dio tiempo a escribir una carta al Heraldo de Soria para "comentar" (a su modo) las decoraciones que por el centenario de la llegada de Machado a Soria engalanan la ciudad. Tuvo una cierta resonancia mediática en la ciudad (en la ciudad en la que nunca pasa nada) y se quedó, como siempre se queda todo allí, en agua de borrajas.
Pero bueno, está bien que el tipo vuelva - por fin - a hablar de la ciudad. Lo agradezco sinceramente.
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Y después de ese primer día con retazos de emoción contenida en el trabajo, vino el segundo día sin emoción ninguna y un poco de frío en el alma al despertar. Y desde la claridad de los ojos bien abiertos, La empresa financiera me ofreció algunos datos de interés:
- era una falsa salida: sí son pijos, pero very very.
- también son de derechas... pero de anillito de España en el dedo (no es coña).
- todos y todas van de punta en blanco, zapatos de tacón de aguja y de "chúpame la punta", maquillaje "long-lasting" (supongo), talla 34 y Nokia último modelo en el cajón.
Después del descubrimiento de lapequeñafacha y su anillo patrio adecenté mi empatía y extroversión a la hora de la comida, desperté una admiración y un montón de odios que se plasmaron en cuchicheos en el baño a las 4 de la tarde. A mí, plin.
Porque este percal no es distinto que otros percales en los que metí las patas en el pasado (se me hacía curioso que personas que ganan 60.000 al año se pongan a cuchichear de la becaria que cobra 400. Si me aburro en el trabajo prefiero jugar al helicóptero). Y de todos ellos salí dignamente. Incluso, en algunos, victoriosa. Y sólo hay una combinación clave para conseguirlo: humildad y trabajo (confieso: lo de hacer la pelota se me da fatal. Vamos, que ni lo intento).
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Hoy hablé con Isa. Tengo infinitas ganas de verla. Es más, creo que la voy a dejar sin respiración del gran abrazo que se va a llevar. Jo, es que la quiero un montón (esto va dentro del cupo diario de ñoñerías). Espero poder hacerlo el lunes que viene.
Mañana es el "Miércoles del Fulanita". Queridas, hay un contrato verbal;). Y yo me dejo hacer (pero, como Cenicienta, volveré con el último metro). Prometo no regalar rosas (sólo haré excepciones autorizadas por vuestras mercedes).
El jueves quedaré con Arancha (A-style durante meses y meses en este blog), tenemos mucho que hablar sobre nuestra enfermedad común (o lo que es lo mismo "¿por qué tras el Erasmus el vodka entra como el agua?") y de otras cosas más o menos interesantes que la enfermedad.
Repetiré finde en el pueblucho toledano al que (espero, confío y deseo) me llevaré un par de toneladas de valor (porque en el fondo de mi ser el único valor que conozco es el chocolate).
A cuidarse.
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