Cuándo: Sábado noche. Concierto de Banda Bassotti.
Quiénes: 4 heavies (Álvaro incluido), Isa, mi hermana, la vecina, una italiana y yo.
Dónde: Centro Social La Traba (Legazpi).
Moraleja: qué malo es el alcohol (que se te va de las manos, como decía una canción de Ella Baila Sola). Del concierto no me enteré de nada.
(se me "resbalaban" de las manos las bebidas. No es coña. Luego pasé tres pueblos de irme en metro, necesitaba llegar a mi casa enseguida. El mareo cuando me he despertado a mitad de la noche ha sido de órdago.
Pero:
1. me lo pasé "weisss" que diría Isa.
2. a poco organizamos un tour sur-italiano para la semana que viene (cuando no puede ser no puede ser- me "conformo" con Roma -, pero esa camiseta de Rino Gaetano nos la hacemos sin falta). Y me dio un abrazo increíble, digno del museo de los abrazos
3. volví a ver a Isa y a Álvaro juntos (tal y como los conocí). Queda estupendo decir frases del tipo "conocí a Isa en una heladería cerca de Porta Pia", pero queda aún más estupendo decir "sigo quedando con Isa y nos vamos a un concierto antifascista". Peleándose como en sus buenos viejos tiempos de Casa Flaminio.
Luego, como era evidente, no fui a hacer senderismo. Que menuda cara pondré mañana porque le conté A TODO EL MUNDO que iría. Y como mentir se me da como el culo diré la verdad "no estaba yo como para pasar el día en la sierra".
El sábado por la mañana fui al mercadillo de Majadahonda, porque nos dijimos que teníamos que sacar a mi amiga S. cada quince días al menos para que se distrayera fuera de su entorno. A Marsella no vino por los pelos.
No me cunde nada el tiempo esta semana. Quería terminar la trilogía de 4 de Javier Marías y sigo en el segundo. Y he comenzado uno de Moravia. Pero en el viaje nada de nada, porque a donde voy no se lee.
1 comentario:
¿y qué tal el senderismo? :p
ya ves, el alcohol... mi primera noche en salamanca, claro, con la emoción, vampiro (mini: tequila, ron blanco, naranja y granadina) por aquí, vampiro por allá... Resultado: a las cuatro pa'casa con dudas serias de si sabría volver a casa, llamando a Pati (y despertándola, claro) a medio camino contándole que no tengo ni idea de donde estoy, pero que me cuente cosas mientras me encuentro... Excusémonos en la emoción de la vuelta a salamanca.
¿y cuándo venís?
:)
besitos mil desde los nortes castellanos.
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