6 de octubre de 2008

11 de julio de 2007. Esa noche no dormí; paseé por las calles oscuras y céntricas... me dejé llevar por recuerdos cercanos, por olores, por amigos... me dejé llevar por edificios e inciensos, fontanas, estatuas, silencios.....
Al día siguiente no supe sino dar abrazos. Una chica muy guapa me regaló un autógrafo en una foto de mi adorado Benigni. Un tren de media hora. Alejándonos sin remedio de la torre de San Lorenzo.
Torcía la cabeza, miraba a la ventana. Llevaba puestas las Rayban de imitación... se me salían las lágrimas, muy despacio y en silencio. Raquel me miraba, no decía nada. Yo miraba la ventana intentando quedarme con la pirámide, el río, las calles mundanas y vacías de Testaccio....
En silencio se me fueron las lágrimas más tristes de mi vida.
Y hoy vuelvo con la mente y pienso que salí de allí para no encontrarme más.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿siempre has querido ser, un borde de mierda? pues niña, con éste escrito lo conseguiste.

bs.

Anónimo dijo...

Ya te entiendo, ya...


Un beso, guapa.

eigual - www.escriboaqui.es

never_again dijo...

De eso nada nena, te encontrarás de nuevo eso seguro, sólo tienes que buscarte y poner la misma ilusión, la fuerza y la energía que pusiste en aquella ocasión para encontrarte... un abrazo

Eva Luna dijo...

¿Y has pensando volver?