6 Odios

PD: el post de hoy es "la cadena de los Odios". Pero antes, tenía en mente contar una pesadilla que tuve antes de ayer. Iba en un coche en la carretera que lleva a mi pueblo, y a 4 kms de mi pueblo yendo hacia Ávila, mientras el coche pasaba por Muñopepe (increíble pero éste no es el nombre más raro de la comarca) había sangre en la calzada, y coches de policía. Desde ahí todo sucede a cámara lenta. Ha habido un accidente (obvia decirlo) y están subiendo en una ambulancia a un hombre al que portan en camilla. El señor (al que nunca le llego a ver la cara), es calvo, con cuatro pelos haciendo la ensaimada en la cabeza, y lleva el pecho al descubierto. Se mira desesperado hacia las piernas porque le faltan los pies por el accidente. Pero sin sangre. Sólo grita y no tiene pies. No sé cómo interpretarlo, si como que no tengo caminos en los sueños y he de buscarlos o hacérmelos fuera (los caminos), como una metáfora de la libertad de expresión cercenada, o es que me impresionaron las estatuas sin pies de Juan Muñoz en el Reina Sofía.

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Y ahora, 6 cosas odiosas que no soporto en absoluto (seguro que hay más pero pongo una muestra representativa):

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1. Definitivamente no soporto que se utilice el dentífrico apretando por mitad del tubo. Odio encontrármelo así. Se aprieta desde abajo, ¡leñe!.

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2. No soporto que me paren por la calle para intentar evangelizarme. Debo tener cara de querer que me evangelicen porque siempre me paran. Lo último fue una ancianita, que lejos de pedirme que le leyera el nombre de alguna calle (o similar, que era lo que estaba esperando que hiciese) me preguntó si necesitaba textos bíblicos. Tengo un DVD de Jesucristo en mi casa y todo.

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3. No soporto que la gente vaya con el abrigo de visón, los guantes y bufandas varias dentro del metro.... señores (señoras, sobre todo), tendremos que volver al capítulo aquel de Barrio Sésamo de "frío y calor". Hay otras cosas del metro que no soporto, como el altísimo porcentaje de personas que huelen a alcohol, pero corramos un tupido velo... .

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4. No soporto que la gente se las dé de enteradillo cuando me preguntan si mi hermana y yo somos "mellizas o gemelas". A ver, que me las sé todas. Y también odio que tengan ideas preconcebidas del tipo de "pensáis lo mismo" o "qué guay ser gemelos". Pues no, si tengo hijos lo último que querré es que sean gemelos. Lástima que se lleve en los genes (y a mis hijos o mis sobrinos o mis primos venideros les toca fijo). Y no, no pensamos lo mismo. Somos personas distintas y autónomas. Aun recuerdo a un primo de mi abuelo conocido como "El muti" (por "mutilado", agujero de bala en la mejilla, Guerra Civil) cuando nos cogía a las dos de peques por la mejilla y estiraba y estiraba (cómo dolía, pedazo cabr..) a la vez que decía "las melliciiiitaaaas". Se equivocaba el muti, se equivocaba.

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5. Odio opinar sin conocer. A veces me pasa.

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6. Odio la falta de libertad (hoy he escuchado una canción de Calamaro que se me ha puesto la piel de gallina), los sueños "en lata". Saltémonos esos sueños, por favor. Tomemos por asalto la tierra.

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El que lea y quiera, que siga la cadena en su blog.

Por cierto, pongo puntos para separar párrafos porque a veces, no sé por qué, no funcionan los intro (es decir, funcionan, pero cuando el mensaje se publica han desaparecido por arte de magia).

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P.D.2. ups, me acabo de acordar que mañana en clase vamos a hacer (después de 4 años y medio en una universidad) un debate, ¡mi primer debate!. Estoy emocionada. Tengo que prepararlo a conciencia. Lo malo es que me toca defender una posición que no comparto. Pero la palabra es infinita o sino que se lo pregunten a Fidel Castro.