11 de marzo de 2006
Tristes, tristes guerras...
11M
El aire es negro, la noche vasta,
recaen las cenizas del temblor
de un mar salado, de agua clara
y llegar a ti cada mañana...
Olvidar que de tu boca sale sangre y fuego;
rozas las calamidades que se esconden
fieramente sin perdón en tus entrañas;
besas el antes, el momento anterior
se desviste ante mí, con toda la fuerza
de la maldad. Podría haberse ido
y evitar aquí los huecos, el gran vacío.
Llegas a un tren bohemio que despierta
a una mañana que vivir entre penumbras,
en lo oscuro te das a mí,
te das a mí. Y me voy sin ti.
Dónde estarás la siguiente noche
dando a otra tu abrazo de sangre
la calamidad, y el ardor de tanto fuego
conmigo, repite conmigo CONMIGO.
Dónde estarás donde no te esperan;
prende la luz para no olvidar la grandeza
del día que mi amor por ti perdió la cabeza;
dónde amarás donde no te cuentan.
Cinco, cuatro, tres, dos, uno. Y me voy sin ti.
El aire es negro, créeme
que las palabras llegan al fin
y para mí sólo es el principio
de una nueva historia ya sin ti.
Never forget what you built
never forget what you have seen
what others destroyed… is not you…
is not me.
15 – marzo – 2004
A TI (AMOR), QUE TE DEBO UNA LÁGRIMA
Lento pasa el caballo que se llevó tus sueños
veloz la hoz del jinete que segó los campos
Despiertan mis ojos al olor del azufre
entre humo blanco que transmite furia.
Despiertan mis oídos a la mañana cansada
ahogada en riadas que pierden las almas
(también despiertan mis odios).
Despiertas tú, lento, tembloroso. Sonríes.
Esa sonrisa perenne en brazos de tu asesino.
Sonríes, amigo, y te debo una lágrima.
Entre lo invisible se mueven certezas
en corrientes frías de aire bestial.
Te encuentro en mi mañana:
de premio tu boca... y ya no sonríes.
Fumigamos hacia el viento las dosis de tu verdad
y caen gobiernos sin cesar.
Al fondo, cascos de caballo.
Vienen, amigo. Vienen por ti.
¿Perderemos esta guerra?
Te encuentro en la mañana
y tú buscas mi boca.... ya no sonríes
sólo besas, y yo te debo una lágrima que transformaré en poesía
(más veloz que la hoz que te alejó serás en mi vida).
Al fondo, ruido de metal;
lejanas y frías se acercan
las piezas del por venir.
Ya vienen, amor. Estáte preparado.
Te encuentro en la mañana,
si te debo una lágrima te la daré después.
Las siete y veintisiete:
si no te das prisa perderás el tren.
12 de marzo 2005
ERA JUEVES
Era jueves.
Nosotros también íbamos a llevarnos
la vida por delante, como Biedma.
Recuerdo todas las fotos, recuerdo
las huidas y los alfileres.
Me pregunto si queda algo
del calor en las camas desechas
o del aliento de ese beso de despedida,
de buenos días.
11 marzo 2006
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1 comentario:
Ay, Inesita, que se me ha puesto un nudo en la garganta... preciosas, pero muy muy tristes, igual que la historia que las inspiró.
Gracias
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