8 de abril de 2006

4 de diciembre de 1998

¡Hola Inés!
Te escribo porque nos une la misma pasión: Eros Ramazzotti. Podría decirse que él, junto con mi hermana (que no tiene ni 3 años) son lo mejor que me ha pasado nunca, son las razones que tengo para vivir. Han dado más sentido a mi vida.
(...)
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(....)
Siento escribirte en hojas rosas (odio este color) pero tengo prisa y son las que tengo más a mano.
La verdad es que me ha hecho mucha ilusión recibir tu carta. Por cierto, no me pareces ni loca, ni sin cerebro.... aunque no te conozco, creo que eres maja; por eso estaré encantada de recibir tu carta.
¡Ah! Valoro mucho la amistad y la sinceridad. Te dejo, se despide tu nueva amiga,
S.
P.D: Hago 4º ESO (letras)
P.D: Espero noticias tuyas muy pronto.
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Han pasado 8 años de que S me escribiera esa carta. La conocí por casualidad, como ocurre con todas las cosas buenas de la vida. Empezamos a cartearnos. Al principio hablando sólo de Eros o de otros cantantes italianos. Luego otros temas. Al final nunca hablábamos de Eros.
La vida nos lleva por caminos extraños. Ya nunca más estás en 4º de la ESO ni yo en 1º de BUP de ciencias puras. Tú no vives donde solías, ni yo. Hemos crecido.
¿Sabes? Es un honor que seas mi amiga. No sabes lo que vales. Estoy leyendo un libro de Carmen Martín Gaite que también habla de la correspondencia y de los silencios. Mi última carta fue de las más sinceras en mucho tiempo. Me acuerdo cuando las cartas hablaban de esos chicos imposibles, de tu Eneko y de mi Carlos. De cada carta de hastío generacional. Iba a decir que guardo todas las cartas pero es mentira. Una vez se me perdió una, en 1999. Tendré unas 200 ó 300 cartas tuyas metidas en una caja gigante y pesada en mi habitación. Nunca las he contado ni ordenado.
Te habré visto 4 ó 5 veces en persona. En Logroño, en Soria, en Zaragoza. También la Diosa quiso que tú te siguieras escribiendo con otra persona, que resulta ser mi becca (Sil). También es esa otra bendita casualidad. Cuando alguien me pregunta cómo conocí a Silvia me encanta contar la historia. La historia de la que tú comenzaste siendo el principal nexo de unión.
Ahora somos adultas, qué extraño queda todo esto. A veces me parece que ése es un traje que me queda grande, que me quedé para siempre entre las paredes de mi habitación de Soria descifrando "Occhi di speranza". A veces me parece que tengo de nuevo 15 años.
Tus cartas, tu presencia y tu amistad llevan mucho tiempo conmigo. Perdón por haber tardado tanto en contarte este último episodio triste de mi vida.
Vamos a seguir girando y avanzando por los caminos que nos inventemos. Tantas cosas por hacer. Y la distancia que, como siempre, no es más que una palabra.
Grazie di esistere. Una canzone per te.

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