29 de abril de 2006

Salvada por la campana


Hoy he tenido un sueño dramático. Estaba yo en un ascensor de 5 plazas, en una planta relativamente alta (pongamos por caso la 5ª). Junto a mí un hombre desconocido. El ascensor no baja sino que sube (alguien lo habría llamado) y se suben al mismo 3 personas más. Todas desconocidas. Sólo recuerdo la cara (la recuerdo nítidamente) de una mujer madura (alrededor de 45 años), con el pelo teñido, ojeras, y ligeramente maquillada. Va en traje de chaqueta color teja-naranja. Se sitúa en el medio del ascensor.

Bajamos desde la 7ª o 9ª planta (no consigo recordar cuál es). Se me pasa por la cabeza que "nos vamos a caer". El ascensor comienza a desplomarse, pero al pasar por cada piso frena ligeramente. Eso sí, sigue cayendo cada vez a más velocidad. Y cuando ya es inminente el estamparse contra el suelo (y morir, claro, que no había hueco en todo el ascensor, estábamos como en hora punta en la línea circular del metro) y vamos a la altura del 2º suena el despertador.

Nunca me había sentido tan "salvada por la campana".

1 comentario:

marga dijo...

Eso del ascensor es muy freudiano... yo sueño bastante con ascensores, pero los míos no caen, suben, suben, y suben sin parar, y yo acabo aterrorizada pensando que vamos a aplastarnos contra el techo del edificio, o quién sabe, quizás atravesarlo y salir volando por el cielo.