No estaría mal regalar un árbol sembrado de recuerdos y de sueños, en el que éstos fueran ramificándose y subiendo hasta perderse "nell'azzurrità". Cada vez se harían más pequeños y no se divisarían desde el suelo. Sería necesario no vivir en el suelo para poder verlos.
Plantaríamos recuerdos y crecerían sueños, siempre hacia arriba, siempre más, siempre gracias al mejor abono, desde el pasado hasta el futuro (o más allá). Siempre recogeríamos frutos, porque este árbol es de hoja perenne. No sabes lo que cuesta hacerse con uno de hoja perenne. Los que más abundan son los otros, los que con una simple ventisca o un par de borrascas se caen, se rompen sus ramas. Por eso son difíciles de encontrar los míos. Los míos y los tuyos. Como un trébol de cuatro hojas. O un vinilo de color rojo de In ogni senso. Una rareza con todas las letras.
Requieren, cómo no, cuidados especiales. De vez en cuando una buena poda, a veces hay ramas o sueños que se han cumplido y que han de dejar espacio a otros nuevos. O hay que hacer que la tierra respire, plantar nuevos recuerdos, alimentar los antiguos. Este árbol de recuerdos y sueños es más o menos como la rosa del principito.
Es un buen regalo. Pero tengo otros. Hay uno muy especial con el que convivo desde hace tiempo. Es la probeta de sentimientos. Cada uno de nosotros tiene una probeta (qué bonita palabra, casi como "párpado"), como los químicos, pero donde se mezclan cosas de más interés a nivel personal: sentimientos. Tú vas recolectando tus emociones, las que sientes y las que intuyes sentirás. Y nunca caen en saco roto, porque ahí tenemos una probeta donde guardar las miradas, las caricias y los escalofríos (y más cosas, es como un pozo donde caben todo tipo de misterios y soledades).
Está mal decirlo, pero mi probeta de sentimientos fue mucho antes de que Rosana desvelara la receta en una canción.
Así que si algún día queréis (nótese la diferencia: he escrito "queréis", no "tenéis que") regalar algo, éstas son buenas ideas.
Aunque siempre he pensado que lo mejor es regalar presencias (no necesariamente físicas, como es lógico).
1 comentario:
Me ha gustado eso de que los regalos hay que hacerlos cuando se "quiere" no cuando se "debe"... Te tengo abandonada de comentarios, pero que conste que te leo.
Publicar un comentario