Hoy ha sido el día más humillante de mi carrera profesional. Y todo en una entrevista de trabajo de un banco.

He mantenido la compostura, pero le habría pegado un raquetazo en la cabeza a esa gilipollas.... .

Luego me está tocando hacer una especie de tesis para alguien de mi familia que no tiene ni idea de hacer un simple documento de Word (que no tiene más misterios, pero claro, cualquiera se pone a escribir las 200 paginitas... y como soy una buenaza pues me lo estoy tragando yo solita), sobre tema médico del cual no tengo ni la más remota idea (¿¿cómo pudo llegar al puesto que tiene si no sabe ni copiar y pegar?? es una pregunta que no ceso de repetirme).

Ayer para completar el día se me cayó el portátil al suelo y se partió. En dos.

Llego a casa y está todo patas arriba, tengo que hacer mil cosas (todo el mundo diciéndome qué he de hacer, blablalblabla, dios, qué bien estaba yo en Roma) y la maleta por deshacer UNA SEMANA DESPUÉS (no es coña). No me da tiempo. Ningún día.

Quiero que llegue el fin de semana y pasar de todo y de todos, y divertirme que es lo que quiero. Aunque tenga dos muelas del juicio menos y una tarjeta de débito a cero.