No me hace falta cerrar esta sesión para saber
que tu cuerpo se va acercado a la utopía:
eres desierto de Sonora, estás vencida,
eres recuerdo diluido en mi retina.
Y no hace falta volver a lo ganado, porque hoy
es el silencio aquel que calma mis angustias.
Esta nostalgia sabe a sal, y en tu cintura
ha ya dejado de anidar mi biografía.
No hagas preguntas, no es preciso
conocer a ciencia cierta las respuestas
¿Acaso importa la esperanza del que pierde?
Sabes que nunca hacen Historia los mediocres.
Está consumiéndose la casa del poeta,
juegas a dardos en el bar de mi presencia.
Miras para un lado y finges que no importa
que ya sólo haya abismo entre nosotras.
24 de marzo de 2010
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1 comentario:
Muy bonito....
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