10 de junio de 2010

pensamientos de un día de playa

En cada hombre está la semilla para cambiar el mundo. Todo hombre es una semilla. No somos buenos, cometemos errores, maquinamos, especulamos con caricias y besos, con el futuro y con los sentimientos. Podridos, navegando en incertezas y en envidias ajenas. Sobrevivir, dicen que se llama. Malvivir, apostillo.
Leemos libros de Murakami y fumamos tabaco como si no hubiera un mañana. Pero habrá un mañana que nos llene la risa de soledades, qu enos llenará el vacío de oportunidades perdidas, que pasará ante nuestras pupilas como un tren sin parada. No volverá la vida a mandarnos estas señales: ¡eso!, ¡eso!, ¡agárralo fuerte!. Agarra fuete el día, enlázate a tus sueños, construye con cimientos una vida de versos, y ama en cada poro, persigue los silencios, abraza por si acaso, y sé honesto. Ocúpate, quien se preocupa está vacío. Sé curioso, Vívelo todo, porque lo qu eno vivas nunca habrá existido. Báñate en cada playa, ama a cada mujer, acaricia muy lento, sonríe siempre. No digas "no" a planes con futuro.
Y por supuesto: no duermas en la cama de quien no sueña.

1 comentario:

Gluks dijo...

ays, que me encanta este post. ya lo he dicho. abraza por si acaso, y sé honesto. arrópate en cada regazo, piérdete en cada beso. Ríe siempre. y absolutamente genial el final del "pensamiento", que da una bofetada como sólo lo hacen las verdades que se cuelan dentro.