En la mesa se juntaron 13 mujeres
y jugaron a mentirse todo el tiempo.
yo decidí que era mejor beber cerveza
para olvidarme de mi misma
y de todas aquellas improbables victorias.
.
Seguí toda la noche peleando en contra
llenando todos los bares de botellas vacías
me decía a mí misma que no la necesitaba
pero puntual en cada barra me la encontraba.
.
Yo jugué a convencerte de un mundo fascinante
lleno de fantasías y de jefes sin nombre
y sin embargo sabes que tengo para darte
el gris de la mañana, y las ausencias;
un corazón que late a veces con urgencia,
un archivo de Excel que siempre es infinito,
las ganas de llorar cuando estoy estresada,
el frío de mi piel al salir de la ducha,
unos ojos miopes que me delatan,
todas mis incertezas, una vida sin orden,
un vaso de ginebra con limón en mi mesa,
una pose de culta que no sé mantener,
poemas sin ritmo, casi sin trabajar,
una noche de cine con mis gafas de pasta
una casa cercada y, a veces, sexo:
ésta es mi oferta.
.
Puede ser que te agarre la mano cuando tengas miedo,
o que te espere una noche de tormenta en la calle
quizás te dé un abrazo y te roce la espalda
quizás diga te quiero y te mire a los ojos.
Puede ser que seas lo que estaba esperando
y que te susurre palabras lapidarias
quizás te diga que le robaste la sonrisa
a una canción de un cantautor chileno
que muy pocos recuerdan.
.
No te prometo nada ni quiero darte una vida de cine:
quiero darte la mía. No sé si quieres.
Mientras cerraba el bar de madrugada
ellas siguieron mintiéndose a la cara.
Yo me olvidé de todo y me tiré a las calles:
testigos silenciosos de mi victoria.
1 comentario:
Precioso.
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