Un vídeo espectacular sobre la figura de Hermann Hesse. Soy muy mitómana, pero pocos son los elegidos. Éste es uno de ellos. Rocío, mil gracias. No me lo esperaba para nada, puff, cuántas veces hemos hablado de este vídeo. Grazie di cuore.
¿Cómo llegué a él? Por herencia. De mi padre (de mi madre heredé otra de mis "mitomanías", pero ya he hablado de su personaje muchas veces). En la casa de mi abuela hay un "sobrao", que es donde se cuelgan los jamones y los chorizos (aunque cada vez menos) y se deja la comida, de todo tipo. Ahí (sí, vale, no es el mejor lugar pero .... mi familia es "asín") está la única estantería de toda la casa. Llena de libros. Algunos son restos de universidad, de otros, física, biología, medicina .... . Ahí me leí un montón de libros. Cogía cualquiera y me sentaba encima de un baúl que nunca supe qué contenía (mejor no pensarlo), rodeada de lo que hubiera, melocotones, un jamón, o botellas de champán de la Navidad anterior. El "sobrao" me daba miedo, pero también significaba 'libros'. Me topé con un Hermann Hesse. Creo que fue 'Peter Camenzind'. Con la manía que tienen algunos de firmar en los libros, me encontré con la firma de mi padre y una fecha mucho más antigua que mi venida al mundo. Me fui encontrando más libros en Soria.
Luego te vas enterando de cosas: que si algún cantante ha "versionado" un cuento de Hesse en una canción, o lees que alguien dice que el tipo es un hereje (ese día Hesse ganó mil puntos), o te encuentras en un mercadillo de Prosperidad 'Demian' por 2 euros.... .
En COU hice un trabajo de literatura sobre él. No, en 'Ciencias puras' no piden esas cosas, pero lo hice pensando en una especie de concurso al que me animó mi profesora de filosofía. Sé que hice un trabajo magnífico sobre 'Las transformaciones de Piktor' (no es por echarme el pisto, pero las verdades como son. Era un gran trabajo). Un trabajo que me estaba costando tanto hacer que, cuando mi ordenador petó, decidí que no lo iba a volver a hacer porque no llegaría a ser como el que fue.
Seguí leyendo. Nunca he leído toda la obra. De hecho hay obras maestras suyas que nunca he leído. Un día, buceando en google, le dije a la becca que la siguiente vez que fuéramos a Italia quería ir a Montagnola (el pueblo del Ticino donde Hesse vivió sus últimos 43 años, y donde había un museo). Dicho y hecho.
Así conocí Suiza. Cuando llegas a Lugano puedes quedar obnubilado por el tren, que va diseñando paseos imposibles afilando las orillas, puedes querer atravesar la puerta encima de un peñasco y desde donde se ve todo. Puede que quieras simplemente dar un paseo por esas calles llenas de vida y de frutas, de mercado, de personas alegres. Puede que te quieras contagiar de la vida tranquila del suizo de a pie. Pero también puede ser que cojas un autobús que va a Montagnola, aguardar emocionada mientras el autobús da vueltas y vueltas alrededor de la montaña mientras sube hacia el pueblucho. Ver el lago desde arriba, ver el sol de fuego que veía él.
Cuando llegas a Montagnola te das cuenta de que la gente vive alejada de Hesse. Que es un pueblo pequeño rodeado de algunas casas señoriales. Un pueblo hecho de cuestas en lo alto de una montaña.
Casa Camuzzi fue la primera casa de Hesse en Montagnola. Allí se inauguró hace 9 años un museo. Abajo, en la entrada, hay una mesa y unas sillas (de la época original), que a la gente le da miedo tocar (¿quién te va a decir que no toques su silla? ¿Hermann?). Puedes subir por toda la casa, en cada espacio hay algo del pintor-escritor. Me encantó la habitación con la máquina de escribir. Las paredes están llenas de ediciones raras o antiguas. Me encanta comprobar que algunas de las que tenía mi padre (ejem, las ya mías) son las mismas.
Y mientras todos los alemanes se entretienen en ver un documental sobre el tipo, la becca y yo descubrimos el banco del jardín de Hesse. Por supuesto, foto al canto (Hesse era también amante de la jardinería).
Guardo muy buenos recuerdos de Montagnola.
Cuando volvimos a Lugano, y cenamos a las puertas del albergue (24 horas después Juan Pablo II se moría mientras escuchábamos radio-italia en el albergue de Milán) con dos perros marrones y una vieja que se reía, entendí por qué Hesse había decidido vivir en ese entorno. Que quede entre nosotros... Montagnola está llena de meigas.
Tuve que irme a ese sitio para darme cuenta de algunas cosas fundamentales. Esa noche me teletransporté al siglo XX, a los años veinte, a las visitas de los amigos intelectuales de Hesse. A los vecinos del pueblo que se apartaban a su paso, temerosos por su mala hostia. Al exilio forzado, a la censura, al qué dirán al que se vio expuesto.
Esa noche viajé por la vida de un hombre libre.
Hay quien dice que las mitomanías son muy malas. No lo creo. Se aprende de ellas.
3 comentarios:
Grrrrrr y no lo puedo ver aqui, grrrrrr.... con lo que me gusta Hesse. Por cierto, si recuerdas fue uno de los temas de nuestras primeras conversaciones...
Y no puedo ver el video grrrrrrrr
Ines, tardo un poco... pero lo logramos ;) todo al final siempre llega..... me gusta que te halla encantado la sorpresa... enjoy it!!
Becca,
yo también guardo un estupendo recuerdo de Montagnola y nuestra cara de alucine cuando andábamos por allí...
Tenemos que hacer otro descubrimiento de pueblo-literario pronto... jejejeje.
¡Ve pensando!
tvb
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