11 de octubre de 2010

OPORTUNIDADES Y TRENES (I)

Siempre he querido conocer la estación de trenes de Talavera de la Reina. Y nunca lo he hecho. De una manera extraña que no voy a pararme a revelar, siempre he pensado que los trenes que pasan en la vida paran en esa estación. Y en ninguna otra. Está en mi imaginario de una manera tan fuerte como otras cosas más tangibles y ciertas. Es, y punto.

Cuando pasa una oportunidad, un tren, quiero que me pille en la estación, que me pille con el cigarro a medio consumir, con la mochila cerrada, con los papeles a punto. Con la ganas de coger ese tren.

Siempre que he ido a Italia he utilizado su vieja red ferroviaria. Algo que en España no uso mucho (sí, he tomado más trenes en Italia que en España)….por eso tienen para mí una familiaridad extrema, un olor característico, unos carteles que no encuentro en otra parte, una sensación inmensa e indefinible (la felicidad? No sé). A la vez, la asociación inmediata con “el viaje”, con las cosas por descubrir, las aventuras, experiencias y lugares, inolvidable y mágicos.

Puede ser que se presente ante mí en breve un tren…. Y sólo de pensarlo ya empiezo a sentir el cosquilleo, el “vértigo” que cantaba Ismael Serrano. Siento que vuelvo a tener otra vez 21 años y toda la vida por delante…. y pienso que tengo 27 en realidad y toda la vida por delante. Y han crecido las certezas, la experiencia, el conocimiento de las personas, los fracasos. Pero a la vez hay una parte que no sé definir que se mantiene intacta. Nunca he creído en los Reyes Magos pero pienso firmemente que cuando esperas con nerviosismo y alegría esa noche, y la espera se te hace interminable, y te entra la risa y transmites felicidad sólo con una mirada….eso, eso justamente, es lo que yo estoy sintiendo.

Y te llenas de miedos, de incertidumbres…de todos los “y si” del mundo. Y te gustaría que alguien, hubiera una sola persona que te atara a la vida que tienes (porque apostarías fuerte por ello)… pero miras alrededor y no la hay. Por una parte te lamentas pero por otra….te permite vivir una aventura inolvidable con un empuje infinito.

Vamos a coger ese tren, vamos a ver dónde nos lleva. A esperar que llegue el revisor malhumorado, y las personas de distintas mentalidades, colores y países en tu compartimento, a sonreír por cosas que valen la pena, a llorar de la nostalgia de tu gente, y a saber que existes tú, existes en los viajes y en las distancias, existes porque estás llena de la gente que te acompaña, aun cuando no te acompaña físicamente. Te llevas contigo una parte infinita de ellos, y esperas, todo el tiempo, poder recompensarlos en la aventura.

Cuando me fui a Roma había un pensamiento que me inundaba todo el tiempo: saber que “representaba” a la gente que tenía cerca, a la gente que me quería. Algunos ya no están de mi lado, pero siento que los demás, los que están ahora, los nuevos y los de siempre, los que empiezan a conocerme y los que estuvieron ahí para verme el pelo rojo…. Se merecen que les represente “bien”, que les represente “feliz”, que vuelva con la buchaca llena de historias surrealistas, de conocimientos, de ganas de todo, que les pueda transmitir todo esto. Sólo me da miedo que no estén siempre, pero quiero que lo estén porque … nos hemos elegido (eso son los amigos no?).

To be continued…

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