20 de marzo de 2012
Buenos Aires 2012
29 de agosto de 2011
motivos de verano
Para lo importante no hace falta maleta. Echaré de menos vuestros abrazos … pero queda un mes mágico. Vamos a seguir sumando motivos.
17 de julio de 2011
Existe un país...
Otros días que estoy triste me pongo a escribir poemas maravillosos que condensan “con buena letra” esa nostalgia. Tengo alguno en mente pero cuando cojo un boli las palabras se me escapan.
11 de junio de 2011
19 de junio (I)
Se acaba una fase. El 23 de mayo de 2009 se jugó el primer partido de Pachangas. Fueron 4 ó 5 y jugaron un partido de fútbol sala bajo la lluvia. Aquel verano pasaron también campos raros, una rotura fibrilar, ganas de dejarlo (por las miradas y los comentarios de la gente), ganas de seguir (porque realmente me gustaba), una rubia que aparece un día con una foto de carnet rarísima (y luego desaparece corriendo por las calles de mi barrio). Como también pasó el verano tomando cañas y haciéndonos grandes, decidimos crecer. Y nos fuimos a la hierba.
Quisimos seguir creciendo y tres chicos vinieron a entrenarnos. Llegar al trabajo al día siguiente y no poder ni moverte porque te dolían las piernas, los muslos… . Pero empiezas a esperar que lleguen los miércoles, y te empiezas a interesar por cosas que no sabías ni que existían, como las posiciones. Alucinas por la importancia vital de tener una estrategia. Te identificas con un grupo y odias a Maslow.
Siguen pasando las semanas, a veces altibajos pero …. otros entrenamientos te llevan a casa en volandas: frío, granizo, nieve…. y muchas risas. Empiezan los rumores, las presentaciones, las sierras eléctricas, las obras de teatro, las congas que nunca son tan largas como nuestras sonrisas …. .
A veces llegan viajes, pizarras, conversaciones para intentar atar lazos que nunca se enlazan de nuevo…a pesar del gran esfuerzo que conlleva (y todo lo que pierdo por querer intentarlo). Una noche mágica con la rubia. Nos íbamos a beber el mundo sentadas en una acera mientras apurábamos la ginebra con limón, el tabaco y las horas.
Pero también llegó el esfuerzo por mantenernos en verano, por encontrar soluciones para problemas organizativos, porque la gente se ilusionara, o siguiera teniendo ganas de mantener esa ilusión, porque no se rindieran y disfrutaran sin más. El esfuerzo que fue dolor de cabeza. Llegó el otoño y mi muñequera del Barça que parece que ha pasado media vida (y ha pasado… ¿habrá aguantado aquella sonrisa catalana este invierno?).
Llegó la segunda temporada y con ella los partidos llenos de derrotas y de sabores agridulces. Llegaron las Neskas a la vez que el vídeo, cuando a mí me despertaban los rezos en Turquía, mientras trataba de olvidar y seguir. De olvidar y seguir. De saltar aunque por la noche en el baño turco me acompañaran los fantasmas, los retratos del pasado, la misma luna, las ganas de crecer y una canción de Ismael Serrano que habla de la ciudad definitiva.
Llegaron otra vez las lesiones que hacen llorar. Pero también llegaron el invierno y las ganas de ganar. En la vida y en todo lo demás. Y empezamos a aplazar los sueños por un sueño que suena muy bien…y que se va alejando más rápidamente que pasan los segundos hasta el 19. Tan rápido que por mucho que quiera frenar y saborear el último partido, la gravedad me empuja cada vez más allá.
Las cosas no tienen sentido por una persona o no. Las cosas tienen sentido porque le damos sentido, porque nuestro esfuerzo es revivirlas, porque creemos en ellas tanto que terminan por crearse. Porque lo único imprescindible es conquistar la ilusión. Porque todo lo que esté fuera de la ilusión sólo lleva al fracaso.
6 de mayo de 2011
apodérate de tu vida
1 de mayo de 2011
Y si te digo que
21 de abril de 2011
Contra la inflación de los sueños
Hace unas semanas escuché a alguien decir que lo más importante era siempre acordarse de dónde viene uno. Por eso, cuando en los últimos días me he venido un poco abajo por la presión del máster que se acentúa a cada día que pasa, he intentado hacer balance para dar a las cosas its fair price. Que no es poco.
Volver atrás, todo lo atrás que sea necesario, y evaluar los sacrificios y las renuncias que han tenido que hacer otros, y que he tenido que hacer yo misma para llegar a donde estoy, o a la expectativa de la cosa, que es de lo que se trata.
Lo que ocurre es que en ocasiones nos nubla la vista el creer que siempre fue así, y nos autoexigimos más de lo que en realidad podemos dar de sí.
Tampoco hay que caer en la autocomplacencia, sino seguir trabajando y luchando por los objetivos que uno cree, pero sin perder la perspectiva y valorando al coste histórico de los mismos. Y es que los sueños valen mucho, tanto que no merece la pena enfadarse o estar "tristón", es una pérdida de tiempo comparado con el poder disfrutar de ese camino.
No voy a ponerme a enumerar estos costes, no tiene sentido alguno en este foro. Pero aconsejo a todo el mundo que se tatúe sus costes, sus sacrificios, sus renuncias.... Asumir ese balance lleva a querer estar siempre a la altura de esos sueños. Y ésa es la única exigencia posible.
13 de abril de 2011
dentro de una película
Llevamos casi dos meses preparando el proyecto de fin de máster. Un proyecto sobre el cual hemos de realizar entregas cada dos o tres semanas al tutor. El caso es que el último mes y medio nuestro tutor ha "tirado" el trabajo que llevábamos hecho, el cual representa muchas horas personales de fines de semana enteros buscando información, seleccionando, analizando, escribiendo. Y cuando digo muchas, son realmente muchas (decenas).
A nadie le gusta que le digan que su trabajo no es correcto. por eso, el sentimiento general es de malestar, sobre todo cuando en otros aspectos las cosas están yendo realmente bien. El grupo funciona muy bien, con 5 personas liderando de forma distinta. organizándonos sin imponer, con una mezcla del talento de cada uno y la voluntad en cada cosa. Hasta ahora, casi sin quererlo, es un plan perfecto.
Pero el proyecto se nos ha atragantado.
¿Os acordáis de esta escena de "El Club de los Poetas Muertos"?
Al salir de la tutoría ha ocurrido. Rober y yo solemos coger el mismo autobús y en el trayecto comentamos algunas cosas de los casos que tenemos pendientes, o cotilleamos un poco. El día de hoy, obviamente, con pocos ánimos.
Pero cuando nos hemos dado cuenta nos habíamos subido los dos a la marquesina. Sí, dos jóvenes trajeados encima de una marquesina hablando y riendo porque "Rober, me apetece verlo todo desde otra perspectiva". Todos los vigilantes de las empresas, los ciclistas, conductores y viandantes han alucinado durante todo el tiempo que hemos permanecido así. Nos miraban y se reían.
Al final no he conseguido verlo todo desde otra perspectiva, sino que he decidido reírme de la situación y seguir trabajando, porque en la vida hay dos lemas muy claros: 1. quien resiste, gana y 2. donde no llega la inteligencia, llega el trabajo.
Creo que me he encontrado una persona especial. Lo supe cuando me confió la historia de cómo conoció a Yoani Sánchez. Ojalá un día nos contemos nuestros secretos.
17 de marzo de 2011
Como te vas…
En las últimas semanas (un mes aprox.) estoy notando que el trato de algunas personas varía en relación conmigo. Puede haber casos puntuales de estrés laboral, etc. pero en general es la impresión que me da. Al mismo tiempo, percibo una especie de ola de pensamiento en torno a la frase "como te vas...". Por ello, me apetece puntualizar lo siguiente: que yo sepa todavía no me voy a ningún sitio. Puede darse, incluso, que no me largue. En el caso de que finalmente me vaya faltan muchas, muchas semanas para que eso ocurra. Que salgo del máster y no quiero que la gente me diga "como te vas...", quiero desconectar, quiero vida fuera de esas horas. Que sigo formando parte de la vida de la gente, de tu vida, no quiero que "como te vas" influya en nada, que la gente siga comunicando, que me sigas comunicando: hablándome normal, tratándome normal, quedando normal. Que lo normal es la vida, y dentro de muchos meses veremos qué pasa. Salvando las distancias, no me traten como un enfermo terminal... que no me voy. Que, aunque me vaya, ¡no me voy!.
Dicho lo cual, tened todos un buen día.
Nota: esto es un pensamiento generalizado.
7 de marzo de 2011
Razones para disfrazarse
Hace alrededor de 3 años, mi amiga Chabe me regaló una chistera….la chistera del italiano Rino Gaetano. La utilicé ese mismo día después de una obra de teatro en el centro, y mientras bebíamos cerveza con una escritora famosa hablando de la Regenta, y yo contaba las horas para coger un vuelo a Roma.
También la utilicé en una fiesta ¿invierno? el año pasado, a la que también llevé un chaleco con unas medallas militares italianas (originales) que compré en noviembre de 2010 en Palermo. Era 100% Rino.
Quise disfrazarme en Halloween de 2010 con ello, pero esa semana mi madre empezó a tener problemas de corazón. Desde ese día comenzó una fase de mi vida que puedo definir como “hostiazo de larga duración” (aunque sólo ahora le ponga nombre).
Por eso, este año cobraba para mí grandísima importancia de verdad disfrazarme de Rino. Y lo conseguí.